viernes, 13 de mayo de 2011

Todo es tan raro

Que friolera hizo esta mañana, tuve que ir a pagar la luz así que aproveché para mirar vidrieras, me encontré con mi amiga, la inspectora de tránsito mientras intentaba hacer una multa a un señor que estaba mal estacionado.
-Pero escúcheme, no le digo que estacioné acá para hacer un trámite en el banco.
-Discúlpeme señor –decía mi amiga –pero yo no puedo tener en cuenta eso, este es mi deber, el de hacer respetar la ley.
-Pero… ¿vos me conocés a mí?
-Sí, te conozco, pero qué tiene que ver.
-Cómo qué tiene que ver… a ver ¿cómo me llamo?
-Adrián, ya lo sé, pero la multa la tenemos que hacer igual.
 Yo la tomé del brazo y aparté a mi amiga para decirle:
-Sacásela la multa querida, este muchacho trabaja en el juzgado y andá a saber que influencias tiene…
-Sabés qué pasa Tere, que a éste no se la puedo hacer porque es juez y me puede dar perpetua, el otro porque es abogado y si lo tengo en contra en un juicio me entierra, el otro porque es médico y si caigo en el hospital capaz que me pone cianuro en el suero, el otro porque tiene un amigo en los bomberos voluntarios y si tengo un incendio después no van a mi casa… ¡ma sí! ¿a quién le hago una infracción?
-Mirá querida, yo en tu lugar apunto a los autos viejos, esos cachivaches que no dan más y le hacés la multa, a esos no les queda otra, son obreros, changarines, gente de oficio…pagan o pagan.
  Mi amiga decidió retirarle la boleta y el abogado se fue contento y exultante, como si se hubiera hecho justicia. Había gente esta mañana en el centro y más autos que gente. Hacía mucho que no veía a mi amiga y me pregunté cómo hacía esta mujer para controlar todo es desastre, autos estacionados en cualquier lado, motos andando como moscas… Me acordé de Romualdo, su hijo.
  ¿Cómo anda tu nene, estudiando? -aproveché a preguntarle, sabía que el muchachito estaba estudiando el profesorado de historia.
 -Ahí anda Teresa, en el profesorado no sé cómo anda pero lo veo todo el día embobado con estos muchachos de La Cámpora.
 -¡Pero mirá vos! ¿Para ser de La Cámpora tenés que ser joven o tenés que ser joven para ser de La Cámpora?
-Tenés razón Tere, nosotras estamos viejas ya.
-Si vos soy vieja yo ya estoy golpeándole la puerta a San Pedro… Ahora cómo debe estar tu casa, vos y el Gordo están con Carlitos y el nene con Juani.
-Pero vos podés creer que el mocoso me viene a dar clase de kirchnerismo. Está con que Carlitos no es Kirchnerista, ¿vos podés creer?
-¿por?
-Todas cosas que le meten en la cabeza estos muchachos de La Cámpora, que Carlitos no apoyó al gobierno contra el campo, que se sacó una foto con uno de Duhalde, ¡Ya me tiene podrido!
-Mirá, cuando la Cristina vino en tren a la estación la vi muy bien con Carlitos.
-Qué sé yo, todo es tan raro.
-Si querida… o talvez no.


domingo, 8 de mayo de 2011

La hoguera de los judiciales

  Esto me pasó hace unos días. Terminé de pagar la luz en el Pago Fácil y fui a recorrer la plaza, cuando me sorprendió ver una fogata en plena esquina de 26 y 27, el humo negro que despedían las gomas de autos que estaban quemando entraba al Palacio de Tribunales impulsado por el viento.
   No voy a negar que me indigné, sé que soy una vieja de ochenta años pero ver semejante desastre hizo que me cruzara a dar un tirón de orejas a los muchachos que estaban allí.
   -No se preocupe doña Tere me dijo un dirigente que tiene apellido parecido al General Juan Domingo –es para terminar con la injusticia.
 -Muchacho, no te parece demasiado el reclamo…
 -¿Le parece dura la protesta? Si queman neumáticos en Buenos Aires por cualquier cosa.
-Pero lo queman cuando necesitan  algo grave. Trabajo, vivienda, que incorporen la pobre gente que ha sido despedida…¿Qué tendrían que haber hecho los chicos de Ducilo cuando se quedaron sin trabajo?
-Pero estos muchachos  también tienen sus necesidades.
-Mirá querido, todo Mercedes se mata por entrar a trabajar acá, de hecho mi nieto está desesperado…
-Y eso qué tiene que ver doña Tere.
-Y nene, se matan por trabajar acá porque la idea es un tener un trabajo donde no haya que hacer nada…
-Eso no es así…
-Mirá, trabajan seis horas, mi marido trabajaba de sol a sol en el campo…
-Ajá..
-No hay feriado que no agarren, un mes de vacaciones, faltan como se le dan la gana…
-Pero eso no justifica que no le den el aumento…
-A parte, cómo salen a las dos de la tarde, tienen tiempo de tener otro currito, uno tienen un kiosquito, otro hace reparto, otro arregla computadoras…
-Doña Teresa, usted sí que es dura…
   De repente los que protestaban empezaron a cantar un cantito que decía “Que b….que b….. que b…. al centro se lo meten en el c….” me dio tal indignación que le grité a uno de traje negro, que le echaba nafta a la hoguera para que no lo hiciera, pero hizo como que no escuchaba. 
-Ahora, escuchame una cosa nene, ¿Contra quién es la protesta?
-¿Cómo contra quién?
-Si nene, ¿contra quién reclaman?
-Contra la provincia…
-Y por qué no van a La Plata a ensuciar de humo y no acá que esto es un desastre.
   No me supo que responder el bullicio seguía y de la bronca que tenía los escruté a todos con la mirada, luego lo agarré del brazo al dirigente y le dije:
-Nene, ¿me parece a mí o acá hay muchos que están con Juani?
-Es casualidad Doña Tere…
-¿Será nene?