Que friolera hizo esta mañana, tuve que ir a pagar la luz así que aproveché para mirar vidrieras, me encontré con mi amiga, la inspectora de tránsito mientras intentaba hacer una multa a un señor que estaba mal estacionado.
-Pero escúcheme, no le digo que estacioné acá para hacer un trámite en el banco.
-Discúlpeme señor –decía mi amiga –pero yo no puedo tener en cuenta eso, este es mi deber, el de hacer respetar la ley.
-Pero… ¿vos me conocés a mí?
-Sí, te conozco, pero qué tiene que ver.
-Cómo qué tiene que ver… a ver ¿cómo me llamo?
-Adrián, ya lo sé, pero la multa la tenemos que hacer igual.
Yo la tomé del brazo y aparté a mi amiga para decirle:
-Sacásela la multa querida, este muchacho trabaja en el juzgado y andá a saber que influencias tiene…
-Sabés qué pasa Tere, que a éste no se la puedo hacer porque es juez y me puede dar perpetua, el otro porque es abogado y si lo tengo en contra en un juicio me entierra, el otro porque es médico y si caigo en el hospital capaz que me pone cianuro en el suero, el otro porque tiene un amigo en los bomberos voluntarios y si tengo un incendio después no van a mi casa… ¡ma sí! ¿a quién le hago una infracción?
-Mirá querida, yo en tu lugar apunto a los autos viejos, esos cachivaches que no dan más y le hacés la multa, a esos no les queda otra, son obreros, changarines, gente de oficio…pagan o pagan.
Mi amiga decidió retirarle la boleta y el abogado se fue contento y exultante, como si se hubiera hecho justicia. Había gente esta mañana en el centro y más autos que gente. Hacía mucho que no veía a mi amiga y me pregunté cómo hacía esta mujer para controlar todo es desastre, autos estacionados en cualquier lado, motos andando como moscas… Me acordé de Romualdo, su hijo.
¿Cómo anda tu nene, estudiando? -aproveché a preguntarle, sabía que el muchachito estaba estudiando el profesorado de historia.
-Ahí anda Teresa, en el profesorado no sé cómo anda pero lo veo todo el día embobado con estos muchachos de La Cámpora.
-¡Pero mirá vos! ¿Para ser de La Cámpora tenés que ser joven o tenés que ser joven para ser de La Cámpora ?
-Tenés razón Tere, nosotras estamos viejas ya.
-Si vos soy vieja yo ya estoy golpeándole la puerta a San Pedro… Ahora cómo debe estar tu casa, vos y el Gordo están con Carlitos y el nene con Juani.
-Pero vos podés creer que el mocoso me viene a dar clase de kirchnerismo. Está con que Carlitos no es Kirchnerista, ¿vos podés creer?
-¿por?
-Todas cosas que le meten en la cabeza estos muchachos de La Cámpora , que Carlitos no apoyó al gobierno contra el campo, que se sacó una foto con uno de Duhalde, ¡Ya me tiene podrido!
-Mirá, cuando la Cristina vino en tren a la estación la vi muy bien con Carlitos.
-Qué sé yo, todo es tan raro.
-Si querida… o talvez no.