Qué manera de pasar frío y justo en vacaciones, porque a pesar de que soy jubilada y mi vida cotidiana no cambia en las vacaciones de invierno, como reflejo de mi época de maestra de grado me queda esa sensación de que “estoy” de vacaciones, y tengo la sensación de placer que me alegraba antes. Pero que los días sean tan grises y fríos a una, eso, la deprime.
Hoy, como salió el sol, salí a caminar por el centro y la verdad es que no había un alma. Pasé por tribunales y no sólo que no estaban los que unas semanas atrás quemaron gomas en la esquina para reclamar mejor sueldo sino que prácticamente no quedó nadie en sus trabajos. Cruzando hacia la plaza me encontré con un muy jóven y treintañero periodista mercedino.
-¡Cómo anda Doña Tere!
-Acá estoy querido, disfrutando del fresco…
-Je, ahora, no me va a negar que su corazón está con Carlitos
-No te lo voy a negar, la verdad es que estoy con Cristina, por ende estoy con Carlitos… ahora vos no me vas a negar que el tuyo está con Juani, no sólo el corazón; el riñón, el hígado, pulmón, páncreas…
-¡No sea mala Doña Tere!
-¿Adónde quedó aquello de periodismo independiente?
-No existe, doña Tere, ¿cuándo lo va a entender, eh? el periodismo independiente no existe.
-Bien querido, pero con el tiempo aprendí que una cosa es el periodismo subjetivo, con cierta línea editorial definida y otra el periodismo partidario, con una línea editorial invadida por la necesidad de juntar votos.
-¿No lo está diciendo por mí, no?
-Lo digo por varios. De todos modos, que los partidos políticos inviertan en publicidad es absolutamente ético y válido…
-Claro…
-Pero no lo es si además invierten en comprar voluntades de los periodistas, querido, haciéndoles decir lo que ellos quieren como si fueran títeres.
-Por supuesto Doña Tere, le entiendo, yo lo hago por convicción…
-Pero yo te he escuchado, querido, y vos decís abiertamente que hay que votar a Juani…
-¿Y? (chasquido de lengua, nervioso)
-Cómo “¿Y?” Eso deja de llamarse periodismo para volverse una especie manifiesto partidario publicitario…
-(Chasquido de lengua, más nervioso) ¿Y Neustad con Menem? ¿Aliverti con Cristina?
La cara del muchacho se le había ensombrecido pero ninguna nube había tapado al poderos Febo, adiviné que andaba enojado y con ganas de irse. Aproveché para hacerle una pregunta que tenía ganas de hacer hace tiempo.
-Ahora, contestame una pregunta, querido, ¿Por qué decidiste jugar por él?
-¡Por principios Doña Tere!
-¿Cuántos principios?
-¡No me chumbe Doña Tere, que por más anciana que sea se me va a escapar flor de puteada!
-¿Y entonces?
-¡Y qué quiere doña Tere, yo prefiero profesionales con título antes que ignorantes, ¿vio?, ¿a usted le hubiese gustado que una directora de la escuela donde trabajaba no tuviera título?
-Estás orinando fuera del tarro, muchacho, primero deberías leer la constitución: para cargos y funciones de gobierno no se necesitan títulos y segundo no tener título profesional no significa ser “ignorante”… pero yo ya sé de donde viene ese concepto de funcionarios con títulos profesionales...
- ¿Así? ¿De dónde viene?, usted que sabe tanto…
-La vieja antinomia, peronismo rubio contra peronismo morocho, o mejor dicho, peronismo profesional/empresarial contra peronismo obrero/sindical, eso está en juego aquí, muchacho, en la ciudad y en el país.
-Pero si con Cristina están esos supuestos dos peronismos que usted dice:
-Sí, pero hay uno que se jacta de poder conducir al otro.
-No me joda, vote a Juani y va a ver como se viene la ciudad pujante de la mano del Proyecto Nacional y Popular.
-Te has mimetizado de lo lindo muchacho, nos vemos en la próxima…